En medio del luto que envuelve a la literatura hispanoamericana tras la partida de Mario Vargas Llosa, una voz íntima y profundamente conmovedora ha resonado por encima de los homenajes públicos y las condecoraciones oficiales: la de su nieta.
La joven era muy apegada a Mario Vargas Llosa y, con el corazón en la mano, le dedicó una carta que ha tocado las fibras más sensibles del mundo cultural y familiar. Ahora el ex de Isabel Preysler descansa en paz y sus seres queridos sufren su partida.
"Con el corazón roto y la tristeza más profunda que he sentido en mi vida, te escribo estas palabras", inicia el texto, escrito con el dolor de una despedida que no alcanza a dimensionarse. Para ella, Vargas Llosa no fue solo el Nobel de Literatura, el intelectual celebrado en París, Madrid o Lima, sino “un segundo papá que me regaló la vida y me acompañó durante treinta años".
A través de sus líneas, la nieta de Mario Vargas Llosa abre una ventana al universo privado de un hombre cuya figura pública parecía a veces opacar su dimensión familiar. "Me entristece pensar que no podré tener momentos así otra vez y que no conocerás a mis hijos, pero ellos crecerán sabiendo que su bisabuelo fue un genio absoluto", continúa. En esas palabras, el dolor se mezcla con la gratitud y la promesa de mantener vivo el legado del escritor en las nuevas generaciones.
"Me entristece pensar que no podré tener momentos así otra vez y que no conocerás a mis hijos”.
Amor de pareja
La misiva también rinde tributo al vínculo de Mario Vargas Llosa con su esposa, Patricia Llosa, compañera inseparable durante más de seis décadas. “Junto a la abuela Patricia, tu compañera de más de 60 años y el amor de tu vida, construiste una vida extraordinaria”, destacó.
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