Cocinar un huevo duro parece una tarea sencilla, pero, como bien saben muchos aficionados a la cocina, obtener el punto exacto de cocción para lograr la textura perfecta y aprovechar todos sus nutrientes puede ser un desafío. Ahora, un grupo de científicos italianos ha desvelado la receta precisa para lograrlo, asegurando que su técnica no solo mejora el sabor del huevo, sino que también incrementa su valor nutricional.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Federico II de Nápoles y publicado en la revista Communications Engineering, revela que la cocción ideal de un huevo duro implica un proceso de ocho ciclos y una duración mínima de 32 minutos. Esta técnica permite cocinar tanto la albúmina (la parte blanca del huevo) como la yema de manera óptima, manteniendo la integridad de sus propiedades nutricionales.
El director del FoamLab de la universidad y coautor del estudio, Ernesto Di Maio, explicó a National Geographic cómo este descubrimiento comenzó con un curioso hallazgo: un chef que vendía a 80 euros cada huevo, utilizando un método muy peculiar de cocción. Según Di Maio, el chef cocinaba la albúmina y la yema por separado, y luego las combinaba tras la cocción en un proceso "bastante extravagante". Intrigados por esta técnica, Di Maio y su equipo decidieron investigar más a fondo.
Se trata de una técnica efectiva y con comprobación científica.
Lo que comenzó como una curiosidad culinaria terminó convirtiéndose en un estudio científico. Junto con Emilia Di Lorenzo, estudiante de doctorado en la universidad, Di Maio empezó a experimentar con diferentes tiempos y métodos de cocción. Tras varios ensayos, ambos quedaron “maravillados” con los resultados. No solo mejoró el sabor de los huevos, sino que también detectaron un aumento significativo en el valor nutricional.
El huevo perfecto
El proceso de cocción del huevo, revelado por los científicos, no solo tiene aplicaciones en la alta cocina, sino que promete ser una herramienta útil para todos aquellos que buscan aprovechar al máximo los nutrientes del mismo. Según el estudio, cocinar el huevo durante 32 minutos en ocho ciclos permite que las proteínas y grasas se distribuyan de manera más uniforme, preservando mejor las propiedades nutritivas de la yema y la albúmina.
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