Dormir bien no solo depende del número de horas que pasamos en la cama, sino también de la higiene del entorno en el que descansamos. Así lo afirman los expertos en salud y bienestar, quienes coinciden en un punto fundamental: un dormitorio limpio es esencial para nuestra salud y cuidado personal.
Aunque el lavado frecuente de sábanas y fundas es una práctica habitual, los especialistas advierten que no es suficiente para mantener alejados a los agentes nocivos que acechan en el dormitorio, como los ácaros del polvo, bacterias o incluso el moho.
Por eso, han compartido una serie de recomendaciones adicionales para convertir el dormitorio en un verdadero refugio de bienestar. Uno de los pilares fundamentales es la ventilación. Ventilar el dormitorio diariamente permite renovar el aire y reducir la humedad, lo que ayuda a prevenir la proliferación de ácaros y moho.
Otro de los consejos clave es mantener el colchón en condiciones óptimas. Aunque suele pasarse por alto, es un foco importante de acumulación de polvo y alérgenos. Aspirar el colchón cada cierto tiempo es esencial para eliminar el polvo y los ácaros que se depositan en su superficie.
Así vas a poder convertir el espacio de descanso en un verdadero refugio de bienestar.
Protección de la cama
El tercer punto destacado para un dormitorio limpio es la protección de los componentes de la cama. Cubrir colchones y almohadas con fundas protectoras impermeables y transpirables ayuda a evitar la acumulación de alérgenos y prolonga la vida útil de estos elementos.
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