Retomar la actividad física después de un largo tiempo de inactividad puede ser todo un reto para el cuerpo, especialmente para el corazón, un órgano que se ve afectado por la falta de ejercicio. Si bien el ejercicio es esencial para mantener una buena salud cardiovascular, es fundamental abordarlo con precaución para evitar daños innecesarios.
Cuando una persona regresa a la actividad física tras un periodo prolongado de sedentarismo, es crucial seguir ciertos recaudos para minimizar riesgos para el corazón y asegurar un retorno saludable.
El primer y más importante consejo para cuidar el corazón es comenzar con ejercicios suaves y progresivos. Es esencial evitar saltar directamente a rutinas intensas que podrían sobrecargar el sistema cardiovascular. Comenzar con ejercicios leves y aumentar la intensidad de forma paulatina permite que el cuerpo se ajuste y reduce el riesgo de estrés cardíaco repentino.
Es crucial también acudir a un especialista médico para todo tipo de chequeos.
Por otro lado, antes de comenzar cualquier ejercicio incluso de baja intensidad, es necesario preparar tanto los músculos como el sistema cardiovascular. Esto no solo optimiza el rendimiento, sino que también previene lesiones y prepara al cuerpo para el esfuerzo. Dedicar de 5 a 10 minutos a un calentamiento suave y una serie de estiramientos adecuados es esencial.
Hidratación
El cuidado de la hidratación es otro aspecto fundamental al retomar la actividad física. La deshidratación puede generar un sobreesfuerzo del corazón, así como otros problemas relacionados con el sobrecalentamiento.
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